En este artículos analizamos cuáles son las diferencias entre fisioterapia y osteopatía, así como en qué casos debemos recurrir a cada especialista.
19 febrero 2018
Ambas profesiones están en guerra entre ellas tanto que no sabemos a qué profesional acudir cuando se repiten nuestros dolores de espalada o el temido lumbago. El fisioterapeuta Coslada Quirohenares nos da una serie de consejos
¿Cuáles son las diferencias entre fisioterapia y osteopatía?
La fisioterapia es un tratamiento prescrito por un médico generalista o especialista. Se ocupa de patologías relacionadas con la movilidad articular (músculos, músculos de la espalda, hombros, caderas, etc.). La osteopatía, que es también uno de los tratamientos propuestos para estas patologías, es más completa. Moviliza las articulaciones de todo el cuerpo para desbloquear una por ejemplo. También hay osteopatía visceral y craneal. La principal diferencia en el tratamiento de los problemas articulares y musculares es la técnica. La fisioterapia requiere interacción con el paciente. Además de los masajes, el practicante hace ejercicios o mantenimiento muscular, el paciente realiza esfuerzos musculares y el tratamiento se realiza en varias sesiones. En la osteopatía, el paciente es a menudo pasivo, el médico mueve las articulaciones y realiza su manipulación. Una sola sesión de osteopatía puede ser suficiente.
¿Cómo sé qué profesional debo consultar?
Primero que nada, empezamos por ir a ver a nuestro médico de cabecera, porque los fisioterapeutas y osteópatas tratan pero no diagnostican. Depende del médico recetarle análisis de sangre, radiografías, escáneres o resonancia magnética, hacer un inventario y luego redirigir al paciente a un profesional. Si no está seguro, también puede referir a la persona a un reumatólogo que también puede referir al paciente. Si consulta a un osteópata, es aconsejable a diferencia de los médicos que sólo son graduados de la escuela osteopática - optar por un médico osteópata o un fisioterapeuta osteopático. A través de su formación, han adquirido conocimientos que les permiten detectar otros problemas si es necesario.
En caso de problemas crónicos, la fisioterapia es más apropiada.
¿Existen patologías o trastornos que sólo pueden ser tratados por uno u otro?
Es principalmente una cuestión de hábitos. Incluso si las dos actividades pueden a veces ser complementarias, digamos que en caso de problemas crónicos, la fisioterapia es más apropiada. Cuando el dolor acaba de empezar, la osteopatía es más interesante. Alguien que sufre regularmente de lumbago, por ejemplo, será mejor ir a ver a un fisioterapeuta. Hará el trabajo de fondo, dará consejos al paciente, le mostrará los movimientos y gestos buenos que debe hacer diariamente, como bajarse del coche correctamente. Esta es la razón por la cual los trastornos musculo esqueléticos, como los relacionados con el trabajo, como la tendinitis de los hombros o de la muñeca, deben ser tratados preferentemente por un fisioterapeuta que proporcionará un tratamiento completo durante varias sesiones. El osteópata está ahí para situaciones de emergencia.
¿Existen contraindicaciones para la osteopatía?
Un osteópata puede decidir no manipular a un paciente debido a la edad, embarazo, trauma (fracturas) o si el paciente tiene un pobre chequeo biológico, o si el profesional detecta que el dolor de espalda es sólo un síntoma de una enfermedad subyacente, por ejemplo.
El intestino se considera el segundo cerebro. Cada vez más personas consultan a un osteópata, como otros psicólogos. ¿Cómo te sientes al respecto?
La osteopatía visceral está aumentando. No sorprende que algunas personas consulten regularmente para poner su sistema digestivo de nuevo en su lugar, siempre y cuando no se convierta en un problema recurrente. La osteopatía en general permite tomar conciencia de la propia postura, pero no debemos olvidar la causa del problema, especialmente la salud y la prevención.
Como podemos ver no es sencillo saber a cuál acudir, pero siempre dependerá de lo primero donde tengamos localizado el dolor, y después acudiendo a nuestro médico de cabecera que será el que nos derive a un osteópata o a un fisioterapeuta.
Es importante seguir este orden si no queremos tener problemas mayores debido sobre todo a que el tratamiento que nos impongan no sea tratado por el especialista adecuado.